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ajustar la medicación 2ª parte


Miércoles 11-10-2017
20:05 Horas.

He despertado de la siesta. Hace casi un día que bajamos la medicación mi psiquiatra y yo, de común acuerdo.
Me sorprende cómo este psiquiatra y yo podemos llegar a acuerdos.
De hecho, en ocasiones, el psiquiatra me ha llegado a sondear acerca de cuestiones como flores de Bach y reiki.
Parece curioso. Es decir, sabe que yo he tocado a veces esos temas y él también parece que los ha tocado. No sé en qué medida.
Si bien cuando le digo que necesito bajar la medicación, y que en el futuro necesitaré seguir bajándola, me sorprende que no se extraña.
Veinticuatro horas después y después de haber descansado, pienso que salud mental abunda de pacientes que piden que les bajen continuamente la medicación.
Por mi parte, lo primero que digo es “soy un cagueta”, y me considero como tal. Y después pido lo que necesito. Esta vez ha sido bajar la medicación.
Tengo que ser realista y pensar que si pasara algo, mi psiquiatra y toda la institución médica me daría un amoroso abrazo, y me volverían a medicar.
Eso hay que contemplarlo. Tengo la impresión de que en el futuro la medicación bajará. 
Pero si es el caso, la medicación no baja por sí sola.
En una enfermedad, mucho más en temas mentales, se traspasan barreras.

Hace un rato, después de la siesta. Me he despertado y escuchaba el sonido de gente en la calle.
Me ha parecido curioso el escuchar el ruido de la calle. Normalmente no hacía caso de ese tipo de ruido ambiente.
Y he sentido el lado oscuro de la fuerza en la familia.
Lo siento, he visto el trailer hace un momento en facebook. Ya se sabe que esas cosas se llevan en la sangre.
Una vez que he..., que hemos, bajado la medicación y ha pasado un día, tal vez considero que este viernes haga la compra.
Me aterra volver sobre mis propios pasos. Y afrontar el lado oscuro.
Un lugar grande, lleno de gente, es igual a muchos lugares grandes llenos de gente. Y no se pueden evitar.
Me pregunto cuándo llegará la próxima película de star wars.
En realidad, se trata de una eterna lucha entre el bien y el mal. Pero me llama el detalle que la fuerza no forma parte de esa polaridad, entre el bien y el mal, sino que viene a reconciliar ambas en un contexto mayor.

Creo que tengo tanto miedo a hablar con mi psiquiatra, cuando estoy en aprietos, que tal vez necesito hablar con alguien. De temas de psiquiatría, o de la vida.
Mi psiquiatra, Jose María, Hace una lectura impecable de la situación la mayor parte de las veces. Me sorprende a menudo. Pero el tiempo que podemos hablar es corto. Y siento que tengo lagunas en mi vida, de las que tengo que hablar.
Desconfío de los psiquiatras. Tal vez por eso me aferro a los que son buenos.

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