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un modo de ser feliz

Viernes 19-08-2016
17:14 Horas.



Estoy recordando una entrevista, que escuché en la radio hace tanto tiempo.

Yo sacaría las conclusiones antes de hacer la presentación.

        Con cuarenta y cinco que tengo pues, ya es como para pensar.



¿Qué es la felicidad? ¿Cómo conseguirla?





Ya que voy de solitario y ermitaño, el medio que más me viene sería el de la renunciación.

Por decirlo de algún modo.




En realidad sucede que los extremos se tocan. 


         Los científicos ya van descubriendo por ahí que llegado a cierto umbral, en el nivel económico, el grado de felicidad... como que ya, no sube más.





Toda la vida hemos sabido que el tonto del pueblo era feliz. Y que tampoco tenía mucho de qué preocuparse.

Hay ahí un matiz de desapego que quiero resaltar.





¿Quienes estamos más preocupados por el dinero? Los que tenemos un presupuesto ajustado. Más, las personas que no llegan. El dinero es cuestión de supervivencia en muchas ocasiones.

Los ricos, los verdaderos ricos, no se preocupan del dinero. Incluso lo dan, creo. Eso dicen los libros de autoayuda.





Al llegar a estas reflexiones ya no sé si sabré encajar las palabras, al principio de este escrito. Así que voy a saco y cuento lo de la entrevista de radio.






Esta entrevista fue hecha a un científico que estudiaba los genes.


Yo no sé nada de genética. Creo que hay cromosomas por ahí. Este científico hablaba de cromosomas en esa entrevista.

Y el caso es que estaba el hombre muy animado, exaltado, entusiasmado.







Supongo que después se le pasaría el subidón. Es como leer un libro de autoayuda y animarse; y al poco tiempo, ya ni nos distrae.





Pero en este caso era más que eso.

El científico se había encontrado algo que le colocó en su sitio.

Era un simple portador de cromosomas.

Todo lo que había estudiado le llevó a la realización de esa percepción.








Somos simples portadores de información genética. Básicamente la razón, LA RAZÓN, es ESA.

La idea se podría comparar con algunas enseñanzas de tiempos inmemoriales, seguro.






Pero para el entrevistado, este científico, en el momento de hacer este programa de radio todavía estaba digiriendo este concepto.

Ahora me viene a la mente... Hay por ahí un libro con el título “El gen egoísta”.

De eso va.





Somos portadores de información. Es que el título del libro ya dice mucho (yo no lo he leído, lo siento).

Vale, voy cerrando todo esto.







El percibirme como un vehículo que transporta cromosomas, o información genética. Y saber que solamente el propósito de la vida, es ese; hace que me pueda percibir a mí mismo de un modo...

¿Desapasionado?

¿O muy apasionado?

¿Objetivo?

Sería como desprenderse de todas las tonterías tan importantes de la vida.





En todo caso ese estado de desprendimiento puede ser muy beneficioso o tranquilizador.




Es una perspectiva que bien podría merecer tratar de mantener, como filosofía de vida.




Ahora miro mi vida y la examino, y el mensaje que más se acerca a darme sentido es que:





“Estamos en la vida para experimentar la humanidad”.

Esa reflexión me la transmitió Guillermina Simó Rico. Y me vino muy bien.





Somos seres humanos. Somos.

Aparte de raza, genes, y epigenética, cosas tan nuevas y antiguas que están saliendo ahora...

Es indudable que vivimos para vivir.






También tenemos fecha de caducidad. Aunque normalmente el silencio sea amable y no nos diga cuándo nos va a tocar.

Vivimos.















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