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Mostrando entradas de mayo, 2017

mirada de niño, eneagrama y poder

la vida puede ser la mirada de un niño No hay nada nuevo bajo el sol. Eso dicen. De niño me costaba hacer cosas “de niño”. Lo que mejor se me daba era mirar a los otros niños jugar. Me quedaba en un rincón y miraba. Creo que sufrí. No estoy seguro de si importa eso o no. En mi vida, no he hecho grandes cosas. Más bien se trata de que no he hecho nada muy importante. Sí, que me he enfermado de gravedad. Y desde la enfermedad, he visto cosas. He visto la vida desde cierta perspectiva.           ¿Desde cuál? Pues no sabría decirlo. ¿Qué tiene eso que ver con el eneagrama y el conocimiento? Pero el caso es que siento mi vida un tanto rara. Ahora tengo que empezar por el principio para llegar al final... ¿No es así? Al final de todo, hoy en día, pienso que me gustaría quedarme a un lado y dejarme dormir.         Es decir, es como abandonarse a la vejez. El cuarto enemigo natural en el camino al conocimiento, según Castaneda.           Y eso

a la luz de tus ojos

Al principio de los tiempos me preguntaste por la luz. Luz de mis ojos. Y yo con desdén respondí que no sabía. Si bien un resplandor asomaba ¿A quién le importa? La luz es tenue, de hecho e inconstante. La luz no ha cristalizado como un diamante tallado. Mi vida. Pero hoy he soñado un sueño reparador. Y con el cuerpo descansado me da por pensar en la linea divisoria que hay entre tu y yo. ¿Qué es tener motivación? No es tener ganas. Todo el mundo tiene ganas, de algo. Yo no tengo la unidad. Un día diré una cosa otro día diré otra. Soy como cualquier hombre. Tan solo hay una cosa tan solo una. He visto cómo la energía fluye. Y eso no es algo definitivo Luz u oscuridad La realización no ha llegado. Estoy fragmentado como cualquiera. Pero hay una cosa un motivo. Y es que vi aún cuando fuere por accidente la energía fluir. La motivación no es tener ganas. Pues las ganas van y vienen. Sin

odisea

Me he dejado llevar por la fantasía, lo siento. Desde el fatídico día en que todo sucedió, nada ha sido como antes. De un momento a otro cada escena de lo sucedido se repetía en su mente. Sí, se había equivocado. Ahora parecía que jugar era lo correcto, donde antes le había parecido un craso error. Y sí, tal vez el error lo estuviese cometiendo de todos modos, al confiar, de forma ciega, en sus propias fuerzas. Nada era por error. Pero nada se podía dar por supuesto. Tal vez algún día comprendería qué sucedía realmente, pero ese conocimiento estaba lejos de alcance en este momento. Intuía, más que sabía que se trataba nada más que de un juego. Un juego, jugado con la seriedad, con la que juegan los niños. Y eso le mortificaba, porque se sentía a veces trasportado, a un lugar un tanto lejano. Y perdía de vista lo evidente. Estaba sólo. Y sin embargo. Eso mismo no tenía sentido. Miró una vez más su plato de sopa azul servida sobre la mesa. Si hubiesen sab

el pétalo de un geranio

Una flor ha brotado, de entre un montón de escombros. Me equivocaba, me equivocaba. Imbuido de arrogancia, me estremecía de miedo y una planta, pequeña, de geranio se ha mostrado ante mi vista. Me equivocaba, me equivocaba. La belleza es más que unos y ceros, más que bytes de información. Conjuntos numerados de cifras. Ordenadas hasta lo imposible. Miniaturizadas. Más allá de eso, hay un dato importante el rojo de un pétalo que se abre y trae un rayo de esperanza a corazones afligidos.  Una historia no es solamente tan solo una historia. Es el infinito fluctuar de una onda sonora que henchida de energía atraviesa... desde mi corazón al tuyo con una hebra de esperanza. Y el sol no dejará de girar no en mucho tiempo. Tanto que el recuerdo  de cualquiera de nosotros ya no significará nada  más que una palabra llena de significado. Ancestros. Morad pues seguros, que el bien mayor perdura. Y el cambio de esta

clavel henchido

Vi un clavel, se desperezaba, estaba a punto de abrirse. Lo vi estremecer. Pensé, le falta poco. Pero cobarde de mí el rocío de mi boca no era para él y me encogí de hombros... Y el clavel perplejo no puedo saber qué sintió no puedo saber qué pensó. Pero lo veía cada día contenido. Como puede estar contenida la fuerza de la naturaleza que solamente la magia de lo femenino tiene. La gracia para estar atrás y que todos se giren para darle paso. Clavel en flor una flor, se abre para que todos la vean y admiren. Es una belleza única. Pues al abrir un clavel el aroma que despide es el primero de la mañana que atónitos nos hace tomar conciencia del despertar. No hacer merced a un milagro es probablemente punible Pero mi sino es otro. Y el clavel abre sus pétalos y exhala sudor que nadie osa limpiar mas que con labios de amor. Joven y bello clavel en flor henchido de gracia pleno en

deux ex machina

No he llegado muy lejos. Me interesan temas como la numerología. Pero no he ido, por mi propio pie, más allá de unos pocos pasos. En Bolonia se encargaron de borrar del mapa a la filosofía. Personalmente lo lamento. Si bien considero que la generación actual de seres pensantes, goza de una, algo así llamado, mayor libertad. Más de la que tuve yo. En mi vida lo que encuentro es una fragmentación. Cuando me pregunto por una simbología en cuanto a números, está claro, busco una orientación en lo simbólico. Claudio Naranjo dio un curso de eneagrama y hacía firmar un documento para el compromiso de no revelar nada de lo que estos tipos psicológicos relacionados entre sí se divulgase. Es así. Y como enfermo mental que soy todavía, lo entiendo muy bien. ¿Qué es un símbolo? Tal vez es una idea, que para alguien que no tiene una base firme, puede hacer que tome múltiples significados. Para una persona con cimientos que no sean sólidos, pues eso. Que se va.

llueve, vaya mierda

Hola, amigas. Hay por ahí una historia, en el libro de “Sopa de pollo para el alma”, cuenta... que hay un payo que va y dice: “Quiero un plato de pasta” “Me encantaría comer un plato de pasta” “Pero nunca he oído hablar de un plato de pasta” “Nadie me ha dicho nunca que existe un plato de pasta” “Nunca he olido un plato de pasta” En esta situación, podría preguntarme si realmente sabemos lo que queremos. Más que nada porque no estoy dispuesto a mover el culo de mi casa. Como para ir a un restaurante y pedir un plato de pasta. NI siquiera para ir y revisar el menú, a ver qué puñetas es un plato de pasta. De lo que estoy bastante seguro es de que no tengo la más mínima intención de mirar en google qué es un plato de pasta. La realidad es cruda. Tengo bastante claro que no quiero sacar mi lindo culo del sofá de mi casa. Pero se da la casualidad que en el trabajo llueve mierda y está por salpicarme. Como no amaine, me voy a ver en