SA 30-12-2017 13:24 Horas. Estos días, mis hermanos Miguel y Cristina, se atrevieron a contar acerca de dejar aflorar sus sentimientos al llegar a una terapia. Supongo que si se atrevieron a hablar de sentimientos es que ya los tenían procesados y que dentro de un orden los habían asimilado, porque podían verbalizarlos. Yo conté un antiguo cuento de miedo. Iba puntualmente a acupuntura y de camino me dio un ataque de ansiedad. La historia es que terminé con agujas en la planta de los pies. En realidad es una tontería porque el final fue feliz. Había un terapeuta que me recibió y me trató el ataque de ansiedad. Fui atendido y ese momento pasó. Pero ataques de ansiedad me han dado varios cientos en mi vida. De esos que lo que se siente es mucho miedo y no recibes ayuda. Si en mi familia tenemos que hablar de sentimientos y cosas que nos han pasado, está bien. Es bueno. El primer psiquiatra que tuve se desentendió de mi ansiedad y esa historia deberá ser cont
lo bueno es enemigo de lo mejor