Domingo 21-08-2016
20:15 Horas.
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| Sr. Spock, lléveme a casa |
LAS EMOCIONES NO SON LÓGICAS
No hay razón para la tristeza.
Las emociones no nos pertenecen.
Un sentimiento, una emoción.
Emoción, e-movere.
Las emociones nos mueven a actuar, a solucionar una situación.
Pero no son nuestras, sino que pasan a través de nosotros.
El problema de los sentimientos y las emociones es que nos identificamos con ellas.
Dan gustito.
Solamente por sentir una emoción o un determinado sentimiento, nos vemos recompensados por nuestro sistema nervioso.
Se establece una reacción estímulo-respuesta, un reflejo.
Y repetimos.
Creemos que, Yo soy así;
ser así es mi forma de ser;
sentir o comportarme así ES porque es el modo más auténtico...
La vida está llena de falsedad, sufrimiento.
Después nos decimos:
Necesito unas vacaciones.
Y la pregunta estandar es ¿playa o montaña?
Ya que nos pasamos todo el año trabajando, con un presupuesto ajustado; nos merecemos un respiro.
Al final allá a donde vayamos, siempre encontramos a alguien del pueblo. Todos vamos al mismo sitio.
“¡Ché, tú eres del poble!”
Vacaciones prediseñadas, para una vida diseñada también para estar siempre haciendo lo que toca hacer.
De verdad, ¿Qué te hace feliz?
Es más. Iría más lejos y quito el “qué”.
Lo dejo en, realmente ¿Eres feliz?
Me refiero a tu vida, a tus últimos 10, 5, ...1 año.
Ayer ¿fuiste feliz? ¿Has sido feliz hoy?
Afinemos un poco más, los hispano-parlantes.
¿Hoy has estado feliz?
¿O solamente has estado feliz porque es fin de semana?
Se parece bastante al alivio, tan grato, que se siente al descalzarse esos zapatos tan apretados, al finalizar el día.
Cuando te encuentres con este tipo de reflexiones:
¿Para qué estoy aquí?
¿Mis vástagos me van a chupar la sangre?
¿O serán ellos, los que pagarán la hipoteca de mi casa, cuando fenezca?
Ten claro que la hipoteca, se va a pagar, SÍ o SÍ.
Agradéceselo a tus hijos con una videoconsola.
(Que además así conectados, NO MOLESTAN).
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| No Luke, ¡Yo, soy tu padre! |
BIENVENIDOS
A LA REPÚBLICA
DEPENDIENTE
DE TU HIPOTECA.
Acuérdate de lo que decía tu maltrecho padre en aquella residencia:
"El que la hace, la paga"
o aquel desafortunado comentario:
"Tu madre quería una nena".
A estas alturas, ya he desfasado demasiado. Je, je, mejor que me vuelvo a mi planeta.
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