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el espectador

no hacer nada - Wu Wei






Se termina el tiempo de mi encarnación en esta tierra. Me muero, supongo. Me hago mayor. 

Tampoco es que importe tanto. 

La regla número seis. “No seas idiota. No eres tan importante”. (El poder de la intención. Wayne Dyer).

Supongo que de todo lo que se trata es de eso.

Y supongo que lo que sucede, es que tengo miedo. A la vida, a la muerte. No estoy seguro de a qué. A vivir. 

Supongo que ahí tiene sentido el encontrarse con otras personas. Otras personas que hagan que vaya más allá de mí mismo.

Salir de mi lugar habitual para ir más lejos de lo que iría por mí mismo. Adentrarme en lo desconocido, la oscuridad, la muerte. 

El ogro.

Tal vez, tal vez. Tan solo tengo una cosa que puede que tenga a favor. 

Siento que puedo estar muy movido. Y puedo caer en el miedo y el terror. El pánico. 

Pero aún así, sé que de algún modo, hay un lugar en mi interior al que puedo acceder. Allí estoy a salvo.

Tal vez es caer en la catatonia.

Pero allí todo es un poco como que da igual. Se trata de un juego, la vida ¿No? 

Tal vez lo único que necesitaba era un motivo para implicarme, divertirme, y jugar.

Después de todo, no cabe más alternativa que jugar. Aquí nadie se abstiene. El juego marca el tiempo para todos. 

El tiempo. ¿Importa? Tal vez, pero más que el tiempo, lo que define el juego es el modo en el que se juega.

Dios quiso que fuera un juego interesante.




Vetusta Morla

No sé si Dios juega a los dados o no. 
Pero que, si tiene sentido del humor, sí que lo tiene.







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