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el espejo en el que te veo





Jueves 23-06-2016
12:29 Horas.

Pienso, luego existo.


Cuando René Descartes construyó ese pensamiento fue por puros motivos políticos.

Había allí una iglesia que estaba metiendo la pata, pero bien metida. Y por el otro lado, la ciencia incipiente prometía dar respuestas.


         Me permito tomar estas palabras como punto de partida para escribir una reflexión. Reflexión. Caigo en la cuenta, que de eso se trata, de reflejar en palabras algo, un pensamiento, ideas, a mí mismo.

         Tratando de no caer en el solipsismo, concluiré que la vida es relación. Y sí, fe y razón van de la mano. Continúo así.

¿Había que separar Fé y Razón? No, se trataba de las leyes humanas. Había que separar Iglesia y Estado. Hay culturas en las que no se da esa división, y tampoco es que les vaya mejor.
La ciencia prometía. Y llegó a demostrar, que Dios no existe. Que somos una gran máquina. Y así la libertad se redujo a una cuestión de causa y efecto. Simples bolas de billar, chocando entre ellas.



Tú me enfermas.
Me pones enfermo.
TÚ TIENES LA CULPA DE TODO.
Te odio.



A ver. Parémonos a pensar un poco. Te odio. ¿Quién odia? 

Y el que odia, ¿Qué odia del otro? Aquí se trata no de buscar culpables, sino de depurar responsabilidades.

Tesis, antítesis. ¿Síntesis?

Esto es un poco como jugar a ¿quién es quién? Tú estás ahí, pero yo no te veo. Yo solamente veo, a alguien que sostiene un gran espejo.

Si golpeo a mi pareja ¿Dejo por eso de sentir odio? Tan solo hago patente mi estado. Mi ser posee esa cualidad de odio. El conflicto será eterno.

Síntesis.

No hay nada seguro. Pero ahí estamos, nos puteamos unos a otros. Pero tenemos que aprender que cada uno es cada uno.

La pareja sirve así, de espejo. Y si no hay pareja, tan solo quiere decir que la relación sigue como con cualquier otro, reflejando el conflicto.

Yo. Yo y el otro. Yo, el otro, y los demás.


La vida es eso. Relación.

Cuelgo en la puerta el cartel de "no molestar".

Bien, bueno. Pero relación hay.

PAZ ROMANA, la llamo. Paz metida a la fuerza.

Y es que hay amores que mejor no tenerlos. ¿Para qué?

Fingir que no hay relación, es pretender que se tiene una paz que bajo una ausencia de conflicto, encubre un alma que “no está en paz”.

Si no tengo pareja, es un conflicto de pareja ¡conmigo mismo!
Vemos que el espejo sigue reflejando, inexorable. 





¡ TE PILLÉ !







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