Ir al contenido principal

¿Quién osa perturbar mi sueño?



Sí, lo he dicho bien. Pues duermo. Igual que tú mismo.

Pero ¿es el mío el sueño de los justos?
No lo creo.

En una ocasión, hace mucho tiempo, se estableció un diálogo que yo calificaría como de mi agrado.
Aquello se interrumpió. Y debía ser así, para dar lugar a cierta transformación.
Pero dicha transformación no se ha producido.
Sin embargo, mi palabra quedó comprometida.
Mi palabra era ratona ¿Recuerdas?

Yo no creo en nada de lo que escribo, pues esa es mi naturaleza. Pero tal vez pueda ponerme a teclear para mutuo beneficio.

Me da la impresión que das muchas cosas por supuesto. Yo no soy del mismo parecer. Tú sabes bien lo que quieres.
Yo no soy así. Yo voy más bien a ciegas. Doy vueltas, ¡Ay! Interminablemente. No sé a dónde me dirijo.

Tuve en una ocasión un vislumbre, fragmentario, muy fragmentario. De algo que era curioso.
Tan solo fue un trozo de algo que se fue, se perdió. No volverá por lo que sé. Y sin embargo, dejó un cierto olor a queso.
No, no son mis pies. Mis pies no tienen nada que ver con esto. Salvo que a menudo me apetece meditar. 
Meditar lo encuentro bastante desalentador, pues no hay claridad ni unidad, ni concentración. Está todo por hacer. En realidad.
¿Será todo este tiempo y esfuerzos perdidos?

En principio, como ves, bailan multitud de trozos, de ideas dispersas en mi cabeza. No lo voy a negar.
Pero sé una cosa de cierto. La enseñanza de una materia no se dicta.
SE ENCARNA.
Todo lo demás es tiempo perdido.

Creo que tu solamente quieres historias. Historias y más historias.
Interminables historias para no dormir, pero que invariablemente te llevan al mismo sueño.
Tú sufres.
Yo también sufro. El sufrimiento es un mal bastante universal.
Es así.

Para mí, que no soy más que un loco esquizofrénico... sé muy bien que el sinsentido forma parte de la vida.
¿Qué razones habría para que todo resultase en el dolor y la confusión?
¿Cómo puede ser que cada cosa creada en esta realidad tenga un propósito, o intención? 
¿Es casual que algo llamado a la vida llegue a su término antes de poder... tan solo exhalar su primer aliento de aire?

Hace tantos años, mi primera intuición fue, y se trata tan solo de una frase hecha:

“Este es un buen lugar para vivir”.

Todos los países y estados que tienen aspiraciones soberanistas, deberían tener ante todo presente esta frase.
Cada Tierra que está delimitando y dando cabida a una cultura, a una lengua, a gentes, personas que comparten tantas y tantas cosas.
Deberían decir, antes que cualquier otra cosa, que aquel, o éste, son buenos lugares para vivir.

La existencia misma, ¿es buena?
¿Es bueno existir?

Comentarios