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cuando cesé de navegar...

Lunes 2-01-2017
21:38 Horas.

el navegante







Durante un tiempo dejé volar mi imaginación. La tenue luz me envolvía, había veces que desaparecía, y entonces sentía miedo. Pero parecía, que aunque tenue, seguía allí.

Me aventuré a rezar para alcanzar a Dios, y en los salmos, escuché una risa. Era realmente divertido.

Pero solamente duró el solsticio de invierno. Tres días, desde el día del sorteo al de Navidad.

Después de aquello, reculé, pues en mi camino no hallaba nada que me permitiese hacer nada con buen pie. Eran días especiales, de risa y celebración. 

Fácilmente se disimulaba el error. Pues yo sabía que mi canción era otra. Sabía que mi letra era sinónimo de error.

Antes de que el horror llegase, cesé en mi risa, dejé de orar.

Y olvidé.

Y sigo olvidando.

Caminé por los riscos bordeando la locura. Y solamente eso hallé. Pues en mí, no hay otra cosa.

Debe haber un modo. Pero no para mí. No en este mar que me mece, siendo llevado a la profundidad llena de peligros.

Busca otro navegante. Pues éste, henchido de agua salobre, no puede nutrir la fila de los justos.

Solamente un payaso haciendo muecas ante las puertas de la muerte, que aguarda sin premura. Pues sabe su fin cierto.

No pasa nada.












No soy ni el primer navegante, 
ni seré el último que pierde de vista una 
estrella que le guíe.

Una estrella 
cuya estela iba y venía, 
sin tener un sostén 
para mis mil y una correrías. 

Loco me llevaba hacia un fin cierto.



















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