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sacar la basura



¿Sacas la basura? Y luego te cuento.


Viernes 19-01-2018
17:38 Horas.

Siento que siempre tendré lo que necesito, tal vez porque mis padres siempre me dieron que comer.

Puede que en mi infancia pasase algunas carencias, de dinero, o que el afecto que necesitaba tuviera que ser de otro modo. Pero siempre encontré que comí mejor o peor, pero hacía todas las comidas.

El pan con sobrasada, el pan con mantequilla y azúcar. Hace treinta o cuarenta años era lo que comían todos los niños.

Ahora te dan el móvil o la tablet para que te calles. Entonces estaba la calle y los amigos. Si vivías en el pueblo la calle era para jugar los niños. 

      Con bastante seguridad se sabía con quién te podías juntar y con quién no.

Hoy en día es más confuso, lo reconozco. Tal vez tengamos que mirar dentro de nosotros mismos, para encontrar quiénes somos. 

       No se trata de renunciar a nada. Pero sí saber qué se hace.



        Recurro a una imagen poderosa.

        Es un buen ejemplo.

Hace ya tiempo vi en una red social algo que recuerdo ahora.
Había un soldado, un policía, bueno, quien fuese, un soldado. Y apuntaba a la cabeza de un civil con el cañón de una pistola.
La imagen era esa. Ahora la polémica venía, ese día en esa red social, porque un bocas estaba poniendo verde al soldado. 
      Ponía frases bastate ofensivas, del estilo de que ese policía o soldado, lo que tenía que hacer era obedecer y hacer lo que le mandaban.

Parece que trataba de decir que alguien que guarda el orden público, se tiene que limitar a obedecer órdenes, sin derecho a pensar si disparar está bien o no lo está.

Puse un comentario.
En ese momento el comentario que puse en esa red social fue, “Cuando un soldado ponga una pistola apuntando a tu cabeza, ¡querrás que ese soldado sepa lo que hace!”

Es decir, se pueden obedecer ordenes, pertenecer a cuerpos de seguridad y tratar de ser un buen, lo que sea que se deba ser.

Pero hay que poner un punto de conciencia.



No digo nada de quien trabaja con un arma en la mano. Todo el mundo tenemos una cierta responsabilidad hacia las personas de nuestro entorno.
Cada vez que yo me siento mal y lo pago con alguien, yo adquiero cierto grado de responsabilidad, o pierdo crédito ante la sociedad.

No quiero dejar de citar a los médicos que los hay muy buenos. Que cada día atienden y escuchan a tantos pacientes.
Tener a alguien que sepa escuchar es difícil, y tenemos buenos médicos que lo hacen. Cualquier otro oficio también puede ser puesto como ejemplo.

Cada uno de nosotros tenemos un arma. Nuestra boca.

Tal vez no tengamos una pistola en la mano. Pero tenemos una boca y la responsabilidad de saber usarla.
Un médico puede hacer bien su trabajo, un policía, un soldado, quien sea. Pero el arma que es más temible es nuestra boca.

Seguramente no digo más que tonterías, pero cada uno debe ganar en conciencia. Y comportarse con la conciencia que entiende que debe tener.

Seamos quienes seamos, quién tiene boca se equivoca. Pero lo que no tiene perdón y es un cargo de conciencia es negarse a escuchar. 

Es un mal muy extendido. Tal vez si pusiésemos un poco de atención a nuestro alrededor, sabríamos  que los inmigrantes que llegan a nuestro país, hay veces que no se van del suyo, por el puro placer de navegar en patera por el mediterráneo.

Digo yo que habrá algún motivo para dejar mi propia tierra y arriesgar mi vida.

Hay muchos temas que se pueden poner por ejemplo. Creo que tener un teclado, o una opinión, pueden ser tan efectivos como el arma de un guardia civil. 



El odio y la intolerancia no reconocen de profesiones o vocación. 

      Las propias creencias parece que siempre son las correctas. Y cambiar es el arte más difícil que existe.

Para cambiar, no hay que hacer nada que no sea más que aceptar que somos responsables de nuestros actos. Y que nuestros actos reflejan quiénes somos.

No se trata de hacer lo mejor, siguiendo unas normas de conducta. Porque una norma o una ley no tienen que dirigir mi vida. Pero la parte de conciencia que puedo poner en lo que hago...

Eso ya es una cuestión más personal. 

      Y esa es una historia que deberá ser contada en otra ocasión. 

       Las personas al ir a dormir por las noches, deberíamos contarnos esa historia. Si queremos que nuestros sueños no nos agoten.

        A ver si esta noche saco la basura y duermo con mi propia casa recogida.




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