Ir al contenido principal

cambio de horarios




Viernes 15-09-2017
17:16 Horas.

 El último año ha sido muy movido y en principio solamente he podido hacer nada más que tomar nota de diferencias que sentía en cuestiones relativas a mi vida, y mi relación con el mundo.

 Descubrí que gran parte de mis vivencias eran mucho más coherentes si consideraba mi afectividad, de hace tantos años, cuando era niño, con una orientación femenina.

 Siendo así que cada día y poco a poco he tenido que ir reconstruyendo una imagen de mí muy distinta a la que tenía. Además de ir comentando los cambios que surgieron de repente, a raíz de hablar con mi madre acerca de mi gestación. El cuerpo de mi madre me rechazaba.

 Es cierto que cuando he podido me he metido en algún tipo de terapia. Desde hace ya algún tiempo me trato yo mismo con flores de Bach y minerales, como apoyo para la medicación antipsicótica.

 Después de aquella charla con mi madre, a principios de febrero, justo al día siguiente el cambio fue espectacular respecto a lo que sentía. Todas mis sensaciones salieron, emergieron desde donde fuera que estuviesen dormidas. Supongo que tenía todo un lado femenino por expresar.

 Tal vez me sienta mucho más yo mismo. Pero desde febrero hasta el verano tuve que tomarme alguna baja, y ciertamente necesitaba expresar lo que tengo dentro.

 Mi jefe no creo que lo entienda. Sé que él respeta todo lo que sea por el bien de mi salud.

 Si continuase en mi anterior puesto, mi afectividad habría sido inadecuada, para ese trabajo.

 Ahora trabajo en un área de la empresa donde no estoy de cara al público, y a la vez puedo estar con un grupo de personas donde puedo ser útil.

 Puedo decir con seguridad que he pasado por un cambio personal. Y acorde a mi cambio interior, también ha cambiado la parte externa.

 Se trata de que mi afectividad y el modo de relacionarme, han cambiado. Por lo menos conmigo mismo.

 El estilo de vida que conllevaba el asistir a mi anterior puesto de trabajo no sentía que fuera coherente con lo que quería o podía hacer.

 Este verano, se ha hecho evidente que necesito un cambio en mi estilo de vida.

 De momento he conseguido pasar a trabajar a manipulado, lo cual de entrada supone un cambio de horarios. Y también un cambio en el estilo de vida.

 Puedo trabajar y me gustaría emplear un par de horas con cierta coherencia. Para mis cosas.

 Lo que más coherencia da, es saber que no tengo porqué hacer nada. Es decir, trabajar y llevar la casa. Eso es lo prioritario. Claro que no es poco.

 Así que este jueves me han dicho que iba a trabajar en manipulado definitivamente. Y hoy viernes ya me lo han confirmado oficialmente. 

 Lo cual supone que hay que madrugar. Y realmente en lo que tengo que centrarme es en madrugar. Y llegar bien al trabajo.

 Duermo mucho. Tengo que tratar de adecuar mi comida a una cantidad acorde al consumo que hago durante el día.

 Necesito un cambio, y este cambio se está realizando. 
De momento he pasado de un horario de tarde a hacer ahora uno de mañana.

 En lo que me tengo que centrar más que nada es en llegar al trabajo puntualmente. Es en Alicante y llego allí en tren de cercanías.

 Me gusta el cambio, lo necesitaba. Y me da tiempo para ahora plantearme cosas.

 No tengo que madrugar demasiado pero sí que tengo que cuidar los horarios. Y tan solo tengo que dedicarme a trabajar. 

Sin tener que preocuparme en exceso del desgaste que supone que cada cliente es un reto distinto. 

Y ahora puedo disponer de unas horas buenas. 

 Antes, bueno, nunca he podido hacer nada de tipo personal, nada que me interesase, por las mañanas. 

 Para mí las mañanas siempre son perdidas. Si las utilizo para trabajar, con eso gano horas aún cuando duerma una siesta importante.

 He pagado el precio de una vida en exceso sedentaria. Y ahora me toca replantearme un poco mis prioridades. 

 El trabajo ante todo, para tener unos horarios. Y en lo personal está escribir en mi diario.

 Escribir en un diario, no es escribir. Yo he escrito en un blog, pero eso no es escribir de un modo profesional.

 Ya he vivido esto antes.



 Recuerdo que en aquellos años de mi adolescencia me pidieron hacer un trabajo, el primero de los que correspondían a una asignatura de ciencias de la naturaleza, o algo así.

 Yo tenía la intención de trabajar de algún modo el material. Quería leerlo y asimilarlo. Y quería trabajarlo de algún modo. Tardé tres meses en entregarlo porque no sabía cómo hacer para trabajar, y digerir ese contenido.

 En un primer curso de formación profesional no iban a enseñarme cómo profundizar en un tema y buscar material adicional o bibliografía.

 Después de mucho vacilar, me limité al simple copia y pega. Supongo que de lo que se trataba cuando el profesor pedía un trabajo, era nada más que hacer un resumen más o menos esquemático. 

 En mis quince y dieciséis años soñaba con tener algún tipo de trabajo, como trabajador freelance.

 Supongo que eso estaría bien. Ese tipo de trabajo es un trabajo normal pero que se puede hacer tal vez desde casa, con el ordenador.

 Todo esto lo digo por una sola razón. Porque la única actividad que tengo aparte de mi casa y el trabajo es el diario. Después están las cosas de la vida, que siempre surge algo. 

 Pero a lo que voy es que si hasta ahora he escrito media hora todos los días, me gustaría poder tratar algún tema más concreto.

 Yo quería ser escritor, pero no lo soy. Es decir, no tengo el oficio.

 He escrito mucho, pero ha sido como a presión, bajo el peso de un material personal que tenía que emerger y plasmarse, para poder salir adelante en mi vida cotidiana.

 La escritura era un modo de vaciar de presión el sistema. 

Desde luego, sé redactar, más o menos. Pero el oficio de escritor supone, eso. Escribir. Y no solamente cuando hay material, sino todos los días.

 El tema de escribir ficción, realmente es algo que se escapa de mis capacidades.

 Pienso que si leo algo, tal vez pueda dar mi opinión al respecto.

 ¿No es de eso de lo que se trata? La opinión es como el culo, todo el mundo tiene uno.

 La opinión es algo que todo el mundo da de un modo gratuito y altruista. Tal vez a cambio de reconocimiento y esas cosas.

El último año ha sido intenso. Y me ha dejado un buen sabor de boca, después de todo.

 No es como antes. Creo que voy a tener el recuerdo de como es todo esto, y que parte va a estar ahí acompañándome. 

Aunque para mí el adquirir una “sensación” no tiene sentido, tengo mis propios motivos para preguntar si puedo seguir y hacer algo. Tal vez el trabajo sea lo que necesito. 

 De algún modo siempre me aterró pensar que tendría que acometer un trabajo duro o superior a mis posibilidades.

 A día de hoy, si este tipo de percepción se va, entiendo que es bueno. Es necesario. No se puede trabajar desde una posición desde la que se tiene. 

 Para avanzar se necesita de, voy a llamarlo, una carencia. Una herida. Una tarea por hacer.

 Queda el olor de lo que he vivido. Y una sugerencia en el aire, que me dice que siga adelante. 

Ahora un camino y una señal son suficientes para continuar. Pero no sé si sabré hacerlo.

En la escritura de mi diario temo la dispersión. Aparte de que si se trata de leer  para formarme una opinión al respecto, lo que me hace dudar son las pautas a seguir. 

Mis temas suelen ser más bien intrapersonales. A veces hablo de cosas que pienso.

Hace poco reflexionaba que "Ser o no ser", en español se puede expresar muy bien en su modo "Estar o no estar".

No tengo muy claro si voy a saber estar. Pienso que debería ir a piñón fijo. Y escribir mucho. Cuando de lo que se trata más es de encontrar un ritmo de trabajo razonable y razonado.

De lo escrito pocas cosas tienen un valor para ser colgadas en el blog.





Comentarios