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la muerte

la muerte



dulce manjar que al morder nos sale al encuentro









Martes 15-11-2016
13:46 Horas.

Yo no sé, yo no sé nada. Escribo, pero no digo nada. Pienso, pero no digo nada. ¿Sé? Pero yo no digo nada.

Saber, yo no tengo claro qué es eso que se sabe. En realidad no hay nada nuevo bajo el sol. Como se dice. La enseñanza nunca ha estado oculta.

Todo lo que tengo que ocultar, está a la vista.


Eso es un mensaje que nos debería aliviar, y mucho. Todos tenemos más o menos las mismas preguntas. 

Y la respuesta es, que vamos a morir. Tal vez hoy, no. Pero habrá un “hoy”, en que SÍ. 

Eso no ha de asustarnos.

La muerte. No hay que ocuparse mucho de ella, salvo para quitar hierro al asunto. 

Después de todo, quién dice que esta noche, mientras estamos follisqueando con nuestra esposa... no se abalanza sobre nosotros un cernícalo ibérico y se nos pica la yugular.

Imaginaros la escena, con vuestra esposa, que recien estaba debajo, ahora se aparta asqueada, diciendo: 

"Puede que seas muy trabajador, pero no sabes morir decentemente. ¡Me estás pringando de sangre las sábanas!"

El buen morir. En todos los sentidos, el buen morir y el bien vivir son lo mismo. 

Da vértigo pensar en ello, pero hay que pensar. Por lo menos, todo el mundo piensa de vez en cuando en la muerte.

Después cuenta a todo el mundo que ha estado pensando en la muerte. 

Y lee en la mirada del otro, que éste también estuvo anoche pensando en ello. 

Véndele al diablo tus pensamientos, parece decir.

Lo duro es más, que hay que vivir. 

Y eso no tiene solución. 

Tener que vivir con uno mismo. 

Tener que vivir con los demás. 

Tener que vivir con los problemas.

Yo creo que lo peor es vivir con uno mismo. 

Y es que conforme vamos creciendo, sabemos mejor lo que queremos de la vida. 

Y hay que vivir con eso. No es fácil. 

Lo que nosotros pensábamos que sería la liberación, parece que sea al fin, nuestros barrotes; de una cárcel creada por nosotros mismos.

Tampoco es que haya mucho lugar a donde ir. Tal vez se puede viajar. Pero uno no se puede alejar de uno mismo.

La única solución para alejarse de uno mismo, precisamente es la muerte. La muerte es un gran invento.

Qué sorpresa será morir, pensando al fenecer, que nos alejamos de nosotros mismos... para encontrarnos con la inmensidad. 

Y tal vez, tal vez, al único lugar a donde vamos al morir es a encontrarnos de nuevo con nosotros mismos.











Tal vez, quizá tan solo, tal vez... vivimos sin saber realmente qué queremos.

Se nos presenta la oportunidad de vivir nuestra vida, y vivimos un código. Insertado en nuestra vida, por otra cosa.

Descubrimos al reflexionar en esto, que la vida siempre ha estado a un paso.

La distancia a la muerte es un paso.

Pero la distacia a la vida, es también un paso.

¿A qué "di-hablo" le digo, esto que hablo? Si no es para mí mismo.

El diablo nunca duerme, escucha.









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